viernes, 11 de marzo de 2011

Doloroso carnaval.

Estaba yo todo aburrido, meditando sobre lo divino y lo humano, sobre la geografía geopolítica del mundo, pensando en Libia, en que si ahora piden como locos que echen a Gadafi, aunque sea atacando el país, porque se molestaban tanto cuando atacaron Irak, ah! que tonto soy, porque la ONU no había dado su aprobación, como cuando Yugoslavia claro, que si tenemos que esperar por el mandato de la ONU, Milosevic todavía seguiría con su limpieza étnica( o ya no le quedaría nada que limpiar), pero claro, Europa es así, si lo hacen los Estadounidenses nos parece mal, a menos que nos limpié el patio, como en Serbia, si luchan en Somalia, nos da igual, si lo hacen en Libia, lo deseamos, si lo hacen en Afganistan (Esto si que es con mandato de la ONU, todavía no se porqué), nos parece genial, si lo hacen en Irak, menudos hijos de Puta. Ahora nos hemos escandalizado con tipos que llevan treinta, cuarenta años en el poder, nos hemos escandalizado porqué eran unos terroríficos dictadores, eso sí, cuando su pueblo se levantó contra ellos, porqué hasta ese día nos la sudaba, lo que pasara con los árabes y con el resto de África, como nos la sigue sudando ahora mismo, porque en África no hay más que guerras y dictadores, que nos vienen de puta madre para comprar barato, que en el fondo es lo único que nos interesa, eso y tener un basurero. Hace un año cuando Gadafi plantaba la tienda en cualquier parte, con su escolta de vírgenes asesinas, le reían todas las gracias, que salado ese Aznar recogiendo el caballo que le regaló, o ese Zapatero con su ceja y su sonrisa de guardia, dándole la mano, ese día o esos días era tan dictador como ahora mismo. Y después, yo debo ser muy listo, o muy tonto, ya que la represión que hay en Líbia era la que me esperaba, como pensaban que iba a aplacar las revueltas, a besos, o con canciones de Jonh Lennon, pues no, lo iba a hacer en plan Gadafi, el mismo que hasta que le bombardearon el palacio en el año 86, promocionaba el terrorismo internacional, subvencionando atentados masivos y acumulando armas de destrucción masiva, pero claro, nos hemos dado cuenta de lo malo que era Gadafi, ahora mismo, al ir a repostar y pagar 10céntimos más caro el litro de gasolina. Somos la polla los europeos, siempre tan solidarios con los oprimidos cuando a su vez nos oprimen las carteras. Eso si, mejor que los dictadores sean de extrema derecha o integristas religiosos, ya que si son de extrema izquierda y enemigos de los USA, nos cuesta más rechazarlos (todos conocemos a Pinochet, que levante el dedo él que sepa quien es Pol Pot), no se porqué, y si además son poderosos de verdad, los criticamos, eso sí, la dignidad ante todo, pero bajito, no se vayan a enterar. Mubarak hasta hace un poco, parecía un tipo cojonudo, ni una crítica en ningún periódico hasta el principio de las revueltas y al día siguiente era una mezcla de Satán, Hitler y Stalin en uno, tiene cojones, que avispada es la prensa para las cosas serias. Y Túnez que decir de Túnez, antigua Cartago, que era uno de los lugares preferidos por los españoles para viajar y nadie, nunca, había dicho nada del horrible dictador, curioso, y justo cuando hay revueltas salen miles de expertos criticando a los regímenes gobernantes, diciendo los miles de millones que han robado a su pueblo, que como las cifras sean ciertas acababan con la crisis económica por lo menos en sus países. Por cierto, han debido robarlo todo el último día, porque me extraña que gente tan seria y tan lista como nuestros ministros de exteriores Moratinos primero y Trinidad Jiménez después, no se hayan dado cuenta y hayan denunciado este robo continuo y esas dictaduras tan terribles ante la ONU, que cosas, y quien dice estos dice los otros, que también tienen expertos en política internacional.

Resumiendo, Bush y Aznar eran malos, pero Obama y Zapatero no parecen mejores, solo disimulan más. Igual es el precio que tienen que pagar para mantener el bienestar de sus ciudadanos, convertirse en socios de malvados dictadores y hacer guerras en países remotos. La política es lo más sucio, rastrero y asqueroso que hay, mientras los muertos sean de otros no tienen importancia, y los suyos les importan porque pueden hacerles perder las elecciones que si no.

Bicos otro día más.

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