sábado, 25 de junio de 2011

ROMPIENDO PUERTAS A CABEZAZOS (DE PROFUNDIS)

Llevo todo el día escuchando canciones viejas de Bruce Springsteen, llenas de fuerza, que adquieren más fuerza aún cuando entra el saxofón de Clarence, como un torrente de notas, que arrastra toda la canción a su terreno, Dios que bueno era!

Todas sin excepción, traen algún recuerdo o alguna imagen especial, parece mentira lo que la música puede hacer con nuestras cabezas, como puede cambiar nuestro estado de ánimo, como puede despertar cosas que creíamos muertas, recuerdos que estaban olvidados salen a la luz, devolviendo parte de lo que somos y que ya habíamos olvidado. Parece increíble pero a veces bastan cuatro notas o un grito en un momento para que todo vuelva a su sitio o se desordene definitivamente.

No somos nada, en realidad parece que no somos lo que creemos ser, muchas veces hacemos un papel siendo lo que los demás quieren que seamos, como podemos cambiar en un instante solo para seguir siendo aceptados. Siempre tenemos nuestra esencia y quizás nuestra forma de ser no se altere demasiado, pero al final, si somos lo que somos es por lo que hemos vivido hasta ahora,  estamos forjados por nuestros recuerdos,  y estos van y vienen a su antojo, así que,  ¿quienes somos?

Uno puede tratar de ser el que fue, ser como ha sido siempre, pero los años no perdonan y poco a poco, vamos evolucionando, me pregunto si me llevaría bien con el fui hace veinte años, parece que no he cambiado tanto, pero supongo que nos echaríamos cosas en cara, él me diría "Mira en lo que me has convertido" y yo le contestaría "Fíjate en lo que me convertiste".

No esta mal ser lo que soy. De todas formas, a veces creo que ya no soy él, y hoy mucho menos, parece que por fin a base de golpear siempre contra la misma piedra, al fin la he roto, creo que ya puedo salir de la caverna, y ver por fin las cosas como son, hoy ya tengo un pie y medio fuera, ahora me pregunto si tendré valor y por fin podré librarme de la última atadura y salir, empezar de cero, la misma vida pero con otra lucidez , y sobre todo libre del lastre con el que he cargado durante casi veinte años, creo que si.

Por cierto es una pena lo de Clarence Clemons, era la fuerza personalizada y llenaba un escenario como nadie, él si que supo donde estaba su sitio. DEP (http://youtu.be/5e4-20tqC4A)

Joder mira que soy plasta a veces, bicos.

sábado, 11 de junio de 2011

TODO EL MUNDO ES BUENO.

Estaba pidiendo limosna, estaba tirado en la calle de una pequeña capital de provincia, en realidad estaba durmiendo la borrachera, con la tapa de una caja de folios a mis pies en la que la gente había echado unas pocas monedas que me permitirían comprar un brick de vino con el que evadirme de este mundo de mierda, solo quería morirme, pero me faltaban huevos para matarme, así que me dejaba llevar. Estaba allí tirado, cuando la vi, era una chica joven, una madre inexperta, a punto de cruzar con el carrito del niño asomando un metro por delante, al ir a cruzar, con el carro metido en el carril de los coches, un carro de estos voluminosos, azules, que parecen antiguos, la madre iba hablando con otra chica, y entonces vi que un coche venía un poco rápido de más, grité, pero eso solo llamó su atención, haciendo que no reparasen en el coche, me levanté, me dio tiempo a ver su cara de susto, empujé a al madre a un lado, cogí el carro y tiré de él con todas mis fuerzas, el coche solo lo rozo, entonces, quizás debido al esfuerzo o a la emoción de hacer por fin algo útil, vomité, lo hicé sobre el suelo, mientras me apoyaba en la madre, que ahora a pesar de mi estado, me miraba como si fuese un Dios.

Había hecho algo útil, por primera vez en meses, había hecho algo que valía la pena, quizás había llegado el momento de cambiar. Tenía que aprovechar el momento y comenzar a subir el primer peldaño para salir del abismo.

Aproveché que con el subidón de adrenalina y la vomitona, estaba despejado y lúcido, y cuando la madre me dijo si podía hacer algo por mi, la miré de arriba a abajo y en vez de pedirle sexo que era lo que pensé cuando le miré de cerca el escote, le dije que necesitaba asearme y algo de ropa, con eso bastaría. Me miro extrañada, habló algo con su amiga y me llevaron a casa de la segunda, el niño me sonreía desde el carro ajeno a todo lo que sucedía a su alrededor. Como siempre que hablaba con alguien, digamos que normal, que estaba dentro de la sociedad, me preguntaron como había llegado a esta situación, y la verdad estaba harto de contarlo, pero a pesar de todo les conté lo de siempre, que si primero el paro, después mi mujer que se va, empezar a beber, cada  vez más, las deudas se lo comen todo, y un día te dejas llevar y acabas tirado, eso es lo que era un tirado. Mientras les iba contando todo sonreían como beatas, a fin de cuentas, había salvado a su niño e iban a hacer la buena obra del día.

Llegamos a la casa, me dieron unas toallas y algo de ropa, que me quedaba más o menos bien y me acompañaron al baño. Que sensación tan maravillosa, el agua templada cayendo sobre mi cuerpo, sentir como la mugre se deshacía, oler bien después de tanto tiempo, y vestirme con ropa limpia, me habían dejado espuma de afeitar y unas cuchillas, parecía otra persona afeitado, en realidad volvía a ser yo mismo, cuando salí del baño, me miraron sorprendidas, y porque no decirlo, encantadas, la madre se retiró a un dormitorio con el niño para darle el pecho, y yo me quedé tomando un café y charlando, con la otra chica, Laura, nunca olvidaré su nombre, Laura.

Cuando terminé el café, Laura se dio la vuelta y se puso a fregar las tazas, en la mesa había un jamón y al lado de este un cuchillo, largo delgado y afilado, lo cogí sin que se diese cuenta, le tape la boca y la maté, cerré la puerta de la cocina, fui a la entrada de la casa, abrí y cerré la puerta de la calle, y me senté en el salón, esperando a la madre, esta salió al cabo de unos minutos, había dejado al niño durmiendo en la habitación, le dije que Laura había salido a comprar alguna cosa, y que yo me iba a marchar, le pedí que me dejase ver al niño, ella accedió claro, se puso delante mía, la maté, igual que a Laura, no sufrieron. Me acerqué al bebe, todavía con el cuchillo en la mano, le di un beso, me eche a llorar, le dije que lo sentía, lo arrope, y salí a la calle, fui a la comisaría del centro de la plaza, conté todo, les acompañé, abrí la puerta con unas llaves que había cogido, no era cosa de romper la puerta, y allí me detuvieron, entre sorprendidos y asustados.

Ahora estoy limpio todos los días, como caliente, tengo algo de dinero que gano en el taller de la cárcel, una atención médica cojonuda y hasta estoy estudiando una carrera, así, cuando salga dentro de quince años, podré enfrentarme con la vida. Lo siento por Laura, la joven madre y su familia, pero esta era la mejor salida que tenía, ahora mismo soy casi feliz, excepto cuando pienso en el bebe, pobre huérfano.

Ay, como está el mundo, no hay que fiarse. Besos otro día más.

miércoles, 1 de junio de 2011

ELECCIONES

A sus 97 años, Marta nunca había faltado a una cita electoral, nunca, desde que gracias a Clara Campoamor pudo votar por primera vez,le había cogido el gustillo a esto de depositar su voto en una urna y participar de la fiesta de la democracia. Como siempre, se vistió con sus mejores galas, y después de salir de misa, se fue paseando sola, aún podía valerse por si misma a pesar de su edad,despacito, como le permitían sus delgadas piernas, con su abrigo de visón, y su bolsito de piel azul, cogido con las dos manos, por delante del pecho, con los votos dentro de sus sobres bien guardados, no fuese a perderlos, que con lo mal que veía después iba a ser un lío buscar las papeletas y eso le daba mucha vergüenza, por eso los llevaba desde casa.
Llego al Colegio electoral, y se acercó a su mesa, la última, apedillándose Zunzunegui, era fácil,  conocía a los dos chicos que estaban de vocales, y a los apoderados de los partidos, pero el presidente debía ser forastero, ella saludó a todo el mundo, con cariño, como había hecho toda su vida, con la mejor de sus sonrisas, después, tras enseñar el DNI, tacharon su nombre de la lista, y ella misma metió, primero el voto de las Autonómicas, pero al dejar el voto en las locales, sintió un dolor en el pecho y cayó fulminada, apretando con fuerza el sobre que ya estaba entrando en la urna, cayó muerta sobre la urna de las autonómicas, mientras su mano derecha quedó sobre la de las locales, con el sobre introducido en la urna en tres cuartas partes, mientras lo sujetaba .

-¡HOSTIA!- grito el Presidente al verla desplomarse- Hostia que ha palmado- entre temblores, se levantó, estiró la mano y le tomo el pulso- ¡JODER! No tiene pulso, está muerta, hay que llamar a alguien, al policía de la puerta, al médico, al Juez, a su puta madre...
Al momento se arremolinaron, los presidentes de otras mesas, los vocales, el policía, los apoderados de los partidos, todos, algún votante curioso...
Tras comprobar que estaba muerta, y cuando se hubieron tranquilizado un poco los ánimos, se decidió que nadie moviese el cadáver de Marta hasta que llegase el Juez. Llamaron a la Junta Electoral Central, que decidió, tras tener el presidente de mesa que jurar unas cuatro veces que era cierto todo y tras ponerse el policía, dar su identificación y jurar hasta en hebreo, dijeron que la votación tenía que continuar, que sacasen la urna de reserva, que acomodasen todo como pudieran, que lo sentían mucho pero no se podían parar las elecciones pasase lo que pasase.

Lo primero fue tapar la macabra escena con una especie de biombo, el policía hizo unas fotos antes de que cambiasen las listas de sitio, pusieron una mesa nueva, sacaron la urna de reserva, y a pesar del tembleque del presidente, y de los nervios de todos continuaron a unos cuatro metros del cadáver, cuando llegase el Juez todo volvería a la normalidad.

Volvieron a poner en marcha la mesa, soportando los reproches de los vecinos que se acercaban (QUE VERGÜENZA, COMO PODÍAN TENERLA AHÍ, ERA INCREIBLE...), reforzaron la seguridad con tres policías más, todo volvió a parecer normal. Entonces el apoderado de Izquierda Unida dijo:

- Ese voto no puede valer.
- ¿Que voto?- preguntó el Presidente, que había encanecido y estaba harto de todo.
- El que no ha entrado en la urna-respondió el de Izquierda Unida, al tiempo que señalaba hacía el biombo.
- Si que vale, está dentro de la urna- Respondió el del PP- Además es el último acto de la pobre Marta, depositar su voto, que mejor homenaje a la democracia y a ella que hacer valer este voto.
- Déjate de rollos, como es de misa diaria, y sabes de sobra que os ha votado. Pero no ha soltado la papeleta, así que no vale, y soy capaz de impugnar la mesa- el Sr. de IU se iba calentado poco a poco.
- Está dentro de la urna, así que vale, y ya está, y el que va a impugnar la mesa soy yo- miró hacía el Presidente- Como representante del Partido Popular, le pido que vuelva a llamar a la Junta Electoral Central. Y tú ¿no dices nada?- esta frase iba dirigida al representante del PSOE, que estaba en estado casi catatónico, desde el deceso.
- A mi me da todo igual, ahora mismo me da todo igual, hacer lo que os de la gana. Y dejarme en paz.

El Presidente, mientras se preguntaba porqué no había pagado la multa en vez de presentarse, volvió a llamar a la Junta Electoral Central, desde donde respondieron tras casi media hora de deliberación, que lo correcto sería que si en el momento de retirar el cadáver el voto caía dentro lo contasen, y si en cambio se salía fuera pues no.

Al cabo de dos horas eternas, llegó el Juez, la médico forense, el equipo de policía científica y los de la funeraria. Tras hacer unas fotos y levantar acta, Su Señoría ordenó el levantamiento del cuerpo de la pobre Marta. Todos miraron impacientes hacía su mano derecha, los empleados de la funeraria cogieron el cuerpo con el mayor cuidado posible, cogieron su brazo derecho y tiraron suavemente...

Todos miraron con ansiedad, mientras el sobre iba saliendo de la urna, la tumbaron boca arriba, el brazo estaba rígido, con el sobre bien sujeto, parecía un arbitro enseñando una tarjeta, pensó el segundo vocal, arrepintiéndose inmediatamente de su obscena imaginación.

Su Señoría que estaba al tanto de la disputa habida, sentía curiosidad, y tras ordenar hacer un par de fotos más, ordenó que retirasen el sobre de la mano de la difunta y lo abriesen. Uno de la "científica" tras arrancárselo no sin esfuerzo, abrió el sobre entregando el contenido al Juez, que se quedó atónito. Lo que había dentro del sobre, era una receta, una receta para un medicamento del corazón, la misma que la Sra. Marta no encontraba hacía dos días...

Como son estos políticos, no respetan nada, por un voto son capaces de desenterrar a su madre.

Besos otro día más.