viernes, 11 de abril de 2014

22 DE GERMINAL

Estaba viendo un programa de debate apasionante, en el que Marta Sánchez y Sofía Mazagatos  hablaban sobre “La Influencia del pensamiento de  Niezstche en la política Alemana dentro de la Unión Europea”. Justo cuando Marta defendía la teoría de que el pueblo alemán se veía a si mismo como el Superhombre, siempre superior al resto de las naciones del mundo a las que consideraban muy inferiores, sonó el timbre de la puerta.

Tras maldecir, ya que admirar la enorme cultura y el verbo fluido de las ponentes me era muy grato, me dirigí a la puerta.

Me encontraba vestido con una malla fucsia que no dejaba lugar a la imaginación y una camiseta a rayas negras y amarillas, descalzo, además mi apartamento si se le puede llamar así a 30 metros cuadrados de inmundicia, incluyendo el baño y la cocina más sucios del mundo, estaba asqueroso.

Abrí sin mirar.

-         ¡Hostia! – Era la señora.
-         Un hola sería más adecuado, me quedaría un rato, pero aparte de que me sigue la policía, me da miedo coger una infección.
-         ¿Cómo que le sigue la policía?
-         Si, Bueno, paré en un cajero para darte un adelanto, tuve que parar en el carril bus, llegaron los policías de proximidad y como esto es urgente y no quería dar explicaciones, arranqué, me cargué una moto.-Me puso un dedo en la boca- No hables, aquí solo van 600 euros ya que el cajero no me daba más. Es muy importante, en el sobre tienes las instrucciones, y el compromiso de pago y confidencialidad, no me falles.- Que manía con los sobres tiene esta gente.    
-         ¿Cuándo le he fallado yo?
-         No me hagas hablar. Esto te lo encargo a ti, porque eres el único que no tiene a quien contárselo- Me miró la entrepierna y se rió- Ja ja, bueno me voy. Anda adecenta esto. Cuando vuelva a pagarte el resto quiero tener donde sentarme.

Se fue corriendo, se monto en un pequeño Toyota y salió disparada.

Abrí el sobre, allí estaba todo lo que necesitaba saber y lo que necesitaba para salir de la molicie en la que estaba envuelto desde que mi mujer me había echado de casa, pero esa es otra historia, ciñámonos a los hechos:

En el interior del sobre había un folio y 600 euros en billetes de 50, en el folio con una caligrafía pulcra donde las haya, la señora me abría su corazón.
Me contaba que desde hacía semanas no encontraban el tinte para el pelo que usaban las mujeres de su partido (no voy a poner aquí cual es, por no hacer publicidad y demás, ni siquiera el número, le llamaremos de aquí en adelante “rubio marimechas”). Si nos fijamos, los tonos capilares de las mujeres del Partido del Gobierno de la nación habían cambiado, unas llevaban el pelo más claro y otras más oscuros, pero ninguna llevaba el tono típico de la mujer conservadora. Así que sospechaban que alguien con el fin de robarles la identidad estaba acaparando el “rubio marimechas” e impidiendo que éste llegase al mercado y por ende a sus manos.

Se me instaba a visionar videos con el fin de observar los cambios, no lo necesitaba, desde la expulsión de mi antes feliz hogar había entrado en un proceso de autodestrucción en el que solo veía la televisión y recapacitando me di cuenta de que era cierto. Excepto la alcaldesa de Valencia (aunque bien mirado este no es el mejor ejemplo de mujer) y cuatro que o bien no usaban el rubio o bien lo tenían natural, todas las demás habían cambiado el tono de su coloración artificial.     

Tenía solo tres días para resolver el misterio, me aclaraba que me usaban a mí ya que no podían usar a nadie más y no precisamente por la calidad de mis servicios si no porque no se fiaban de las empresas de detectives, ni siquiera de los miembros del partido. Si descubría a los autores de tan tremendo atentado contra las féminas de su partido me darían 10.000 €.

Miré a mi alrededor, sentí la vergüenza que no había sentido en un mes, me puse a limpiar, eso me ayudaría a pensar y a comenzar a moverme, además necesitaba ropa limpia.


Subí el volumen de la tele para poder continuar escuchando el debate mientras limpiaba, me di cuenta de que se habían unido otras dos contertulias, Chayo Mohedano y Belén Esteban, lo tuve que quitar, su continuo abuso de los cultismos me impedía seguir el debate…

Continuará...      


Bicos otro día más. 

Si estáis por el FIV comprar Michimichiñas y saludarme a Kio .