sábado, 17 de noviembre de 2007

Tarde muy tarde

Ahora es tarde, hoy es tarde, en realidad es tarde para tantas cosas que nunca he hecho y que nunca haré. Pero esta vez en de lamentarme y de quejarme como hago de costumbre voy a levantarme despacito y voy a ir caminando hacía un objetivo que me voy a plantear hoy mismo, y este lo voy a alcanzar, no tengo ni idea de lo que será pero va a ser.

Bueno como he dicho arriba es tarde para muchas cosas y sobre todo para estar aquí escribiendo así que ciao.


Si salís a la calle abrigaros no os vayaís a poner malitos

miércoles, 14 de noviembre de 2007

La muerte, otra vez la muerte.

Llevo sin escribir demasiado, soy un poco perezoso, pero cada uno es como es.

En mi trabajo hay una chica preciosa tendrá unos veinte años, de verdad, es preciosa y simpatica, es una de esas chicas con las que te cruzas por la calle y vuelves la cabeza instintivamente para ver si la providencia te concede la suerte de que ella también se gire y poder volver a verla.

Tenemos horarios diferentes yo terminaba a las tres de la tarde y ella a las dos, y cuando la vi salir a las dos y media le pregunté medio en broma que hacía todavía aqui y charlamos un rato. Se le veía alegre y bastante contenta. Su hermano había muerto hacía una hora y nadie se lo había dicho, y nadie en el trabajo lo sabíamos, ahora me han dicho que está metida en cama, hundida y destrozada, espero que poco a poco se vaya recuperando...

La puta muerte de un ser querido se te cruza así, sin avisar, sin que puedas preveerla, sin más y desde ese momento todo el resto de tu vida cambia, es como si se cayese una pared de tu casa siempre estará ahí ese hueco, por el que cuando ya te hayas acostumbrado a vivir con él de repente entra un golpe de viento frío que te recordará de golpe todo lo que has perdido, en un máldito accidente, un homicidio, un ataque repentino, que te dejara una marca indeleble para siempre. Los que lo hemos sufrido sabemos lo que es, el dolor siempre se queda lo ocultas y cada vez tarda más en aparecer, pero siempre vuelve alguna vez.

Lo único que queda del que se ha ido es su recuerdo, siempre es un buen recuerdo cuando es querido, pero ese recuerdo solo nos trae dolor y más dolor por su ausencia, una ausencia que es para siempre.

Nadie se tendría que morir con veinticinco años, y nadie está libre de que le pase.

En fin besos, y quered mucho a los vuestros, no va a pasar nada pero nunca se sabe.