viernes, 27 de abril de 2012

MI VOCACIÓN SECRETA

Como habréis podido comprobar soy muy vago, además mis costumbres noctámbulas y mis horarios de trabajo son incompatibles,  llego cansado a mi hora de escribir, no se me ocurre nada, y claro,  no es cuestión de aburrir a tan excelsa parroquia y lo voy dejando y dejando, y de repente ha pasado casi un mes. Creo que la culpa es de la vocación que tengo desde mi infancia, la de rentista, sí esta ha sido siempre mi vocación, recibir una pasta cada mes, sin tener que hacer nada, tener un administrador honrado que lleve todo y que me suelte unos 12.000 euros cada mes, por ejemplo.

Eso debe ser vida, ni estrella del deporte, de la música o del cine, nada, no debe haber nada mejor que ser rentista.

Tiene que ser maravilloso pasarte la vida viajando, sin preocuparte por el dinero, pudiendo visitar a cualquiera cuando quieras, ir a todos los conciertos, a todos los partidos, o a ninguno, pero porque te da la gana, no porque no puedas ir. Poder tener todas las opciones y la cuarta parte de preocupaciones que el resto del mundo. Aaayyy (suspiro).

Claro, esto me temo que no está al alcance de mi mano, así que voy a procurarme un trabajo bien visto por la sociedad, donde me traten de Señor (así con mayúsculas), y más o menos me suponga el mismo trabajo y me rente los mismo beneficios. Por ejemplo chófer del Consejero de Trabajo de la Junta de Andalucía y cuando me suelte pasta para sustancias y para señoras, unos  25.000 € según he oído, malo será que no pueda esquilmar unos 5000.

O sino Eurodiputado, viajando en primera, de lunes a jueves, ganando una pasta en dietas, con un sueldo intacto a final de mes, y además allí con decir que sí a todo lo que diga Merkel ya está hecho el trabajo.

Quizás sea aún mejor hacerme asesor de cualquier Gobierno, ganando unos 100000 € al año, ahí creo que basta con que se me ocurran un par de recortes para que los pringados como yo se acerquen un poco más a la miseria cada día. (En Madrid también vale con privatizar cualquier cosa que se me ocurra).

Tertuliano del corazón, de un programa de deportes, analista político, tertulianos en general, de Senador, de Caco Senante, Diputado de plantilla de cualquier parlamento de los muchos que hay en España (me refiero a los que hacen de palmeros de su líder y nunca intervienen), Karanka, economista, Director de campaña del PP,  etc. etc... Voy a parar que si sigo para arriba voy a delinquir.

Pues si que hay trabajos inútiles que reportan enormes beneficios, voy a intentarlo, malo será no pillar uno. Aunque si ni yo, ni nadie que conozco tiene uno de estos, es que a lo mejor están todos pillados o es que hay que ser un Malnacid@ (iba a poner Hij@ de puta, pero no está bien) para tener uno.

Bicos, os echo de menos, otro día más.



sábado, 7 de abril de 2012

AGENTE LS66 (3ª PARTE Y ÚLTIMA)

Por fin estaba ante ella, cuando de repente, todo se volvió rojo y blanco,  al tiempo que sentía como me abandonaban las fuerzas, noté calor y humedad, oí gritos, sirenas y finalmente nada.

Me desperté acostado en una habitación de hospital muy poco iluminada, tenía puesto un gotero y conectada la máquina que marca los latidos, al lado de mi cama se encontraba mi mujer, la vi muy cansada, se notaba que había estado llorando, intenté estirar mi mano para acariciarla. No pude, tenía las muñecas y los tobillos atados con correas de cuero, tiré, pero no podía hacer nada, además mi brazo izquierdo ardía.

Mi mujer se dio cuenta de que había despertado, y me beso llorando, la miré y le pedí que me soltara, me dijo, "No puedo..." la voz se le entrecortó, se levantó, salió y al cabo de un rato volvió una enfermera, inyecto algo en la bolsa que había enchufada a mi brazo derecho, y lentamente me dormí.

Hoy se cumplen tres meses desde que salí del hospital y creo que estoy en condiciones de daros la explicación que os merecéis, llevaba en paro un par de meses cuando empecé a desarrollar la paranoia, como mi vida no me gustaba me inventé otra en la que era un agente secreto tipo Austin Powers (Yo cachondo hasta en mis locuras). Cuando la vida falsa anuló completamente a la real comencé a tratarme, mi mujer se armó de paciencia y consiguió que fuese a un psiquiatra, me inflé a pastillas, que si bien casi hicieron desaparecer mi vida inventada, a veces solo conseguían que ésta se mezclase con la real, además tenían un efecto perverso, al hacerme ver mi vida en todo su patetismo, se anulaba mi esperanza, haciendo medrar una depresión que poco a poco iba devorando mi mundo.

El día en que pasó todo me había levantado temprano y le había hecho el desayuno a mi mujer, ella si trabajaba, cuando se fue, me puse a ver en la tele un viejo programa de zapping, lo primero que vi fue una comparativa entre Leticia Sabater, Ingrid Rubio y la hija de Julio Iglesias, en las que se veían las diferentes etapas de su vida artística, resultando Leticia Sabater la peor y la que más estúpida parecía, después salieron los fans del PP gritando aquello de "Pujol, enano habla castellano", y un par de cosas más, algo con forzudos y trenes y varios famosillos y politicos de todo tipo y color.

Mi paranoia empezó a desarrollarse, me vestí y salí a la calle, era día de mercado y en un puesto de discos había uno de Kenny G, entre los de Mariah Carey y Michael Bolton, mientras sonaba Celine Dion a toda pastilla con la canción del Titanic. Pasó una china muy guapa vendiendo flores, de repente me di cuenta de que no había tomado mis pastillas y que no sabía bien donde estaba.

Llegué a casa, me mediqué, después llené la bañera con el agua muy caliente, me metí, al principio quemaba y después la sensación se volvió agradable, comencé a soñar con la agente LS66, o mejor dicho a vivir, lo vivía todo, todo era cierto, y de repente desperté, me miré de arriba abajo, no me gusto nada lo que veía, no sabía aún si estaba viviendo mi vida o la de mis sueños las dos verdades se estaban mezclando volviéndome loco definitivamente, empecé a llorar, a golpear la pared, y finalmente cogí una maquinilla de afeitar, la desmonté y cogí una de las cuchillas, me corté muy despacio, desde la muñeca hasta el final del antebrazo, sentí como fluía la sangre y me volví a meter en mi sueño, dejé de llorar y me relajé, el contraste entre el rojo y el blanco de la bañera resultaba precioso, mientras me encontraba con mi agente perdí el sentido. Luego me desperté en el hospital.

Hoy estoy trabajando, pude escapar, pudimos escapar, tengo un bar pequeño, en el que me siento a gusto, no ganamos mucho, pero nos da para ir tirando, y cuando empiezo con mis paranoias o a perder la esperanza, me miró la cicatriz del brazo izquierdo, sonrió y me digo "Seras Gilipollas" y todo vuelve a ir bien.

Besos, otro día más,  que nunca os quiten la esperanza.

Más besos, nunca sobran.