domingo, 28 de septiembre de 2014

EL CONSERJE QUE REGALABA FLORES

Acababa de leer "El Porqué de las Cosas" de Quim Monzó,  uno de los cuentos le había trastornado un poco más de lo que ya estaba, en este cuento, pigmalion "moldea" a una mujer, no para que mejore su dicción y educación, ella no lo necesita, si no para que se preste a cualquier actividad sexual, él consigue todo lo que se propone pero termina dejándola cuando tras darle de comer con una cucharilla el semen y las lágrimas que ha recogido de su rostro, ésta le súplica que le pida más cosas, que le diga que traiga a otros hombres si quiere, y él se da cuenta que tendría que compartirla, que aunque no se lo pidiera ella lo haría igual, no puede soportarlo y la deja.

Que estúpido, piensa, prefiere quedarse sin algo maravilloso antes que compartirlo y encima los demás la tendrán igual, dándoles lo que han aprendido juntos, dándoles lo que nunca más le dará a él, además no comprende cómo se puede dedicar a cucharitas y demás paranoias, a reeducar a alguien como en un estado totalitario para que siempre se hiciese lo que lo que le apetece. Dónde queda la otra persona, la espontaneidad, la frescura y las sorpresas que hacen falta para mantener una vida en común, solo con el afán de ir un poco más allá en el sexo.

Claro que él está solo, solo hace mucho tiempo, a veces piensa que ha sido su elección, aunque en el fondo sabe que es una mentira piadosa que se cuenta para aliviar la tristeza que le causa no compartir su vida con alguien, con una mujer que llegue a conocerlo mejor de lo que el mismo se conoce, a la que abrazar cuando le apetezca, a la que sentir, con la que compartir las cosas buenas y las malas de la vida, con la que hacer el amor, sí hacer el amor, no follar, hacer el amor, entregarse mutuamente, darse lo que necesitan, lo que deseen y solo cuando lo deseen.

Está delante del espejo, admira el paso de los años en su piel, en el poco pelo que le queda, en la tristeza y el vacío de su mirada, lleva mal el paso del tiempo, se siente mal, se siente viejo, y aunque sabe que no lo es, es lo que siente.

Hay días así, piensa, pero también piensa que cada vez hay más días así, cada vez le cuesta más levantarse de la cama, total para qué, cada día es igual al anterior y los fines de semana se le hacen eternos, al principio quedaba con amigos, pero todos están emparejados y se siente extraño y aún más solo, solo, ese el problema, la soledad no buscada, y lo peor es que se ha acostumbrado a ella, cada día le cuesta más conversar con la gente, se ha convertido en el bicho raro. Él que había sido un hombre encantador es un ser cada vez más extraño para los demás, por lo que cuando habla con alguien limita las conversaciones a lo mínimo que exigen las normas de la cortesía para no meter la pata, para no soltar una barbaridad. Se mira desde fuera y ve a un tipo raro, recuerda que antes no era así, pero ahora no sabe que pinta en el mundo y lo peor es no ve que puede llegar a pintar, que no le encuentra sentido a nada.

Hoy empieza un nuevo trabajo, solo es una sustitución de dos meses, conserje en una residencia de ancianos, ya ha trabajado antes en residencias, abrir y cerrar puertas, hacer fotocopias, arreglar cosas, ayudar y vigilar que no se escape nadie, en este trabajo piensa ser como era antes, ya ha tocado fondo, ahora toca empezar a subir y su única esperanza es un trabajo de conserje, visto así le parece patético, pero en realidad, este trabajo es algo nuevo, un cambio, quizás es el cambio que le hace falta, un lugar nuevo, gente nueva, sabe que le va a costar, pero va a cambiar, no le queda otro remedio, o da un paso al frente o lo único que le quedará sera vegetar en vez de vivir.

Los primeros días se comporta con una educación exquisita, que se note el colegio de monjas, pero se limita a observar a conocer a la gente con la que trabaja, la gente le llama por su nombre, pero solo recurren a él cuando necesitan algo, nadie se le acerca para conversar, parece que todo va a seguir igual.

El sexto día está en el jardín arreglando una de las bocas de riego, cuando se le acerca una interna, una señora muy mayor y vestida solamente con un camisón, ella le llama hijo, le pregunta que porqué no va a verla nunca,  al principio no sabe que hacer ni que decir, entonces la acaricia con ternura al tiempo que le pide perdón, "mamá perdona, es que he estado muy ocupado, pero ahora vendré todos los días", corta una rosa le quita las espinas una a una y se la da. La señora solo le puede decir gracias antes de que llegue su cuidadora y la lleve de vuelta a su habitación.

Pregunta a la cuidadora por la señora y ésta le cuenta su historia, se llama María, es viuda, y como habrá podido ver tiene alzheimer, perdió a un hijo y solo le queda una hija que viene a verla todos los fines de semana. El pregunta si puede ir a ver a María y llevarle una flor cada día, la cuidadora se sorprende y lo mira como si estuviese loco, lo medita y le dice que mal no le va a hacer, que mientras esté él ella tendrá una menos de quien ocuparse.

Va a verla todos los días, al acabar su turno va a su habitación con una rosa, siempre sin espinas, unas veces ella cree que es su hijo, otras su marido, otras su padre, pero sus  ojos que siempre están apagados mirando hacia el infinito cuando lo ven aparecer con su rosa se iluminan, y entonces ella empieza a hablar y a hablar, salta de una época a otra, de repente es una niña que pide perdón por una travesura, o una mujer que echa de menos a su hijo, otras es una mujer enamorada. Pero siempre es una persona agradecida, que abraza las rosas contra su pecho mientras le habla.

Han pasado los dos meses, cada día ha ido a verla, cada día la ha escuchado, cada día le ha dado el cariño que nadie le daba, ahora sabe que no la va a volver a ver. Los compañeros le han hecho una pequeña despedida que se ha alargado, y hoy el último día no ha podido ir a verla. Aprovechando la improvisada fiesta pide permiso a la directora para ir al día siguiente a despedirse de María, la directora escucha la historia de la que no sabía nada, la cuidadora le hace un resumen explicando todo el bien que él le ha hecho a María, exagerando algo, todo hay que decirlo. La directora ante la aclamación de todos los empleados, accede, le dice que puede venir cuando quiera, pero que para poder ver a María tendrá que hablar antes con su hija.

Al día siguiente, a primera hora está esperando con la cuidadora a que llegue la hija de María. Nervioso la ve acercarse por el pasillo, ella se queda mirando la rosa que él tiene entre las manos y él se queda mirando el libro de Quim Monzó que ella tiene entre las suyas.


Bicos otro día más.

 





martes, 12 de agosto de 2014

HUGH WILLIAMS

El 15 de diciembre de 1664 se hundió un barco en el Estrecho de Menai, costa norte de Gales. Murieron 82 personas, todos los que iban a bordo salvo un hombre llamado Hugh Williams. El 5 de diciembre de 1785 otro barco se hundió. Perecieron 60 pasajeros y hubo un único superviviente, llamado Hugh Williams. El 5 de Agosto de 1860, el hundimiento de un tercer barco provocó la muerte de 25 personas, y el único superviviente se llamaba cómo no, Hugh Williams. (De "EL LIBRO DE LOS HECHOS INSÓLITOS" de GREGORIO DOVAL).

Cerró el libro, se le acababan de poner los pelos de punta, en dos días iba a embarcar en un crucero que bordearía las islas británicas con escalas en Dover, Cardiff, Liverpool, la Isla de Man,  Dublín,  para luego bordear Escocia y hacer una visita a Skara Brae y terminar en Edimburgo, avión hasta Londres y regreso a España.  Caprichos de su mujer, para relanzar el matrimonio y practicar inglés.

Puto libro, lo había acojonado, él que nunca se creía las historias de fantasmas y, que como buen arquitecto tenía unos maravillosos cimientos, unos pilares que sustentaban su vida dentro del orden y la ciencia, los dioses y los espíritus no existían en su mundo, pero aún así se asustó, no creía que fuera a pasar nada, lo que le dio miedo fue la casualidad de leerse este libro lleno de casos curiosos, justo antes de embarcar. Guardó el libro y fue al Google Earth a localizar el Estrecho de Menai, para ver si pasaban por allí, se le puso la piel de gallina, el segundo día pasarían cerca muy cerca...

Se lo contó a su mujer y ésta, como haría cualquier esposa, aprovechó para reírse de él, el científico que no creía en nada ahora estaba asustado por un cuento de fantasmas.

Embarcaron, soportó las burlas de su querida esposa y el primer día se encerraron en el camarote relanzando su relación, no sabía si era el vaivén del barco, la posibilidad de que fuese verdad la historia y que estuviese cercana su muerte, o que su mujer al estar lejos de obligaciones y preocupaciones volvía a comportarse como el ser juguetón e insaciable que había sido al principio de su relación, pero lo cierto es que recuperaron todas las energías y toda la pasión que creían perdidas...

Decidieron cenar en el camarote, cuando trajeron la cena, su mujer entre burlona y divertida, en un inglés con acento asturiano, le preguntó al camarero si había algún Hugh Williams a bordo, su sonrisa se tornó pasmo, cuando éste le dijo que sí, que el nuevo segundo oficial se llamaba así, ella siguió preguntando y el camarero quizás por el escote del que no apartaba la vista, o por la promesa de una buena propina, les contó que todo había sido muy raro. Que el segundo oficial era un hombre serio y lleno de salud y justo dos días antes de partir se había puesto muy enfermo y entonces apareció el Sr. Williams, lo raro era que nadie en la tripulación lo conocía, y además este tenía un aspecto extraño, parecía de otra época, hasta hablaba en un inglés antiguo y era demasiado correcto en el trato como un personaje de Dickens.

No cenaron nada, ella fue la que lo dijo, "tenemos que matarlo, o moriremos todos", él asintió, el miedo se había apoderado de ellos.

Estaban discutiendo, sobre cómo lo harían y cómo lo encontrarían entre las más de dos mil quinientas personas que iban en el crucero entre tripulación y pasaje, cuando llamaron a la puerta.

Un viento helado recorrió la habitación cuando abrieron, y en el umbral estaba un hombre con el pelo moreno peinado hacia atrás rematado en una coleta, con una perilla de chivo y los ojos más penetrantes que habían visto jamás, vestido con una levita, una camisa y pantalones bombachos. Dijo, "Soy Hugh Williams, tenemos que hablar", se quedaron callados, esperando el momento de atacar. Hugh siguió hablando, "Disculpen que me presente así, se que saben quien soy y me urge explicarles las razones de mis actos futuros. Cuando descubran mis motivos, no solo no trataran de impedir que cumpla con mi cometido sino que me ayudaran. Ustedes ignoran quien es el resto del pasaje, no?"

- No, no lo sabemos, embarcamos los primeros y no hemos visto a nadie. Que hay, enfermos contagiosos, delincuentes?

- Algo mucho peor, la autentica encarnación del mal, si son tan amables de acompañarme lo comprenderán.

Lo siguieron, los llevó a la pista central en donde había una especie de baile, entonces lo entendieron todo.

Sobre el escenario estaban "cantando" a dúo Ramoncín y Paquirrín, esto por si solo ya habría bastado para hundir el barco, pero es que además en la pista se encontraban todos los diputados españoles, tanto los del congreso, como los autonómicos, en una conga larguísima estaban todos mezclados sin importar ideologías.

Hugh les explicó que todo corría a costa de los presupuestos generales del estado y era un encuentro entre diputados para acercar posiciones y aprender inglés. En realidad era una excusa para irse de crucero de forma gratuita.

Al ver este mezquino espectáculo se miraron a los ojos, sabían que tenían que morir y con su sacrificio hacer de España un país mejor...

 Nunca os montéis en un barco en el que vaya un tal Hugh Williams

Bicos. Otro día más.




  

jueves, 15 de mayo de 2014

22 DE GERMINAL (PART TWO)


Terminé de limpiar y recoger sobre las 8, olía a limpio y el micro apartamento estaba ventilado, había empezado a moverme, me di una ducha y salí, ahora tenía dinero y la verdad me sudaba lo del tinte y lo de las gilipollas éstas, anda que no habría colores, pero claro me venían muy bien los 10000 €, así que al día siguiente empezaría, pero ahora no, ahora tenía que salir a la calle.

Lo primero era darme un caprichito, o mejor dicho dos, ya no tenía que tirarme un par de meses ahorrando y encima tener que escoger entre los nuevos y muy necesarios discos recopilatorios de  "Andy y Lucas" y  "La Unión",  seguramente salvarían la industria musical española, ahora podría tener los dos. Así que henchido de ilusión, vestido con una camisa y oliendo a colonia salí corriendo hacia el Simago que había enfrente de casa, no fuera a ser que se agotasen. Llegue al stand de música y me extrañó no ver colas, pero bueno, hay días en los que todo sale bien, cogí mis discos y estuve tentado de coger otro de Ramoncín, pero no hay que exagerar y a mi los momentos de placer me gusta administrarlos con mesura, que luego cuando termina la magia acabas muy jodido.

Me fui hacia las cajas con mis adquisiciones completamente ilusionado, salivando, adelantando el placer de la primera escucha, ese momento cuando consigues romper el celofán y pones la música que anhelas al tiempo que página a página vas descubriendo en el libreto los secretos del disco, cuando de repente, al pasar por la zona de cosméticos vi un cartel enorme, se me cayeron los cds, solté una blasfemia y sonreí, busqué entre los productos el que necesitaba y salí apresurado tras pagar mi compra.

Llegué a casa y puse música, ahora tenía prisa por volver a ver a la señora. Pero no tenía su teléfono y presentarme en su casa después del follón con la policía no parecía los más adecuado. Entonces recordé algo que había leído en algún sitio, decía la leyenda que si te ponías delante de un espejo y decías su nombre tres veces seguidas aparecía y privatizaba algo. No soy un hombre crédulo, pero no tenía nada que perder.

Me fui al baño, me concentré... y lentamente, marcando cada sílaba dije su nombre tres veces, no pasó nada.

Al cabo de medio minuto sonó el timbre de la puerta, no daba crédito, un escalofrío recorrió mi cuerpo, abrí corriendo y allí estaba ella.

- Oye majo, se me olvidó antes con las prisas, ¿el solar ese donde hay coches aparcados de quien es? - sería casualidad, no digo que no, pero me asusté de verdad.

- No lo se, pe..pero he resuelto lo que me encargó.
- Que rápido. Y además esto está limpio. Cuéntame cómo lo has conseguido.
- Lo único que ha pasado es que han cambiado el nombre del tinte y el color de la caja, hay carteles por todos lados. Aquí tiene una muestra.

Se sonrojó un poco, parecía avergonzada.

- Lo sabía, solo era una prueba para ver si tu capacidad seguía intacta.-Y una polla, pensé elegantemente, pero no dije nada.- Aquí tienes tu dinero- dijo al tiempo que sacaba un sobre del bolso.
- ¿Ya traía el dinero?-  No logré disimular mi sorpresa.
- Desde lo del cajero he decidido tener siempre sobres preparados. Y además ya está descontado el 20 por ciento para Hacienda.
- ¿Cómo?
- Es que se ha puesto la cosa horrible con el Montoro y todos estos jueces. Bueno, gracias, me voy.

Nos despedimos con un beso apasionado ( es broma).

Han pasado unos días y ya han empezado las obras en el solar, van a hacer un parking, donde antes se aparcaba gratis vamos a tener que pagar un módico precio de tres euros la hora. Que tía.

Ahora solo tengo que pensar en que gastarme mi dinero. Lo que de verdad me apetece no es posible. No puedo volver a Santander a ver a Xuxu  con Iso y Beni, ni ir a un concierto de Hot & Wet, ni volver a Santiago a cierto piso de estudiantes. Ni volver a las 7 de la mañana con Arman y que empiece a tocar Wanted a oscuras, ni a Orense con Fermín, ni tantas cosas, bueno en realidad sí, si me concentró y cierro los ojos puedo revivir esos momentos y otros muchos que fueron mágicos y siempre lo serán, y que en cierto modo hacen que seamos como somos.

Así que voy a darme un capricho, una tele grande por ejemplo y luego voy a empezar a ahorrar y ya veremos que nos depara el futuro.

Bicos, otro día más.

 





viernes, 11 de abril de 2014

22 DE GERMINAL

Estaba viendo un programa de debate apasionante, en el que Marta Sánchez y Sofía Mazagatos  hablaban sobre “La Influencia del pensamiento de  Niezstche en la política Alemana dentro de la Unión Europea”. Justo cuando Marta defendía la teoría de que el pueblo alemán se veía a si mismo como el Superhombre, siempre superior al resto de las naciones del mundo a las que consideraban muy inferiores, sonó el timbre de la puerta.

Tras maldecir, ya que admirar la enorme cultura y el verbo fluido de las ponentes me era muy grato, me dirigí a la puerta.

Me encontraba vestido con una malla fucsia que no dejaba lugar a la imaginación y una camiseta a rayas negras y amarillas, descalzo, además mi apartamento si se le puede llamar así a 30 metros cuadrados de inmundicia, incluyendo el baño y la cocina más sucios del mundo, estaba asqueroso.

Abrí sin mirar.

-         ¡Hostia! – Era la señora.
-         Un hola sería más adecuado, me quedaría un rato, pero aparte de que me sigue la policía, me da miedo coger una infección.
-         ¿Cómo que le sigue la policía?
-         Si, Bueno, paré en un cajero para darte un adelanto, tuve que parar en el carril bus, llegaron los policías de proximidad y como esto es urgente y no quería dar explicaciones, arranqué, me cargué una moto.-Me puso un dedo en la boca- No hables, aquí solo van 600 euros ya que el cajero no me daba más. Es muy importante, en el sobre tienes las instrucciones, y el compromiso de pago y confidencialidad, no me falles.- Que manía con los sobres tiene esta gente.    
-         ¿Cuándo le he fallado yo?
-         No me hagas hablar. Esto te lo encargo a ti, porque eres el único que no tiene a quien contárselo- Me miró la entrepierna y se rió- Ja ja, bueno me voy. Anda adecenta esto. Cuando vuelva a pagarte el resto quiero tener donde sentarme.

Se fue corriendo, se monto en un pequeño Toyota y salió disparada.

Abrí el sobre, allí estaba todo lo que necesitaba saber y lo que necesitaba para salir de la molicie en la que estaba envuelto desde que mi mujer me había echado de casa, pero esa es otra historia, ciñámonos a los hechos:

En el interior del sobre había un folio y 600 euros en billetes de 50, en el folio con una caligrafía pulcra donde las haya, la señora me abría su corazón.
Me contaba que desde hacía semanas no encontraban el tinte para el pelo que usaban las mujeres de su partido (no voy a poner aquí cual es, por no hacer publicidad y demás, ni siquiera el número, le llamaremos de aquí en adelante “rubio marimechas”). Si nos fijamos, los tonos capilares de las mujeres del Partido del Gobierno de la nación habían cambiado, unas llevaban el pelo más claro y otras más oscuros, pero ninguna llevaba el tono típico de la mujer conservadora. Así que sospechaban que alguien con el fin de robarles la identidad estaba acaparando el “rubio marimechas” e impidiendo que éste llegase al mercado y por ende a sus manos.

Se me instaba a visionar videos con el fin de observar los cambios, no lo necesitaba, desde la expulsión de mi antes feliz hogar había entrado en un proceso de autodestrucción en el que solo veía la televisión y recapacitando me di cuenta de que era cierto. Excepto la alcaldesa de Valencia (aunque bien mirado este no es el mejor ejemplo de mujer) y cuatro que o bien no usaban el rubio o bien lo tenían natural, todas las demás habían cambiado el tono de su coloración artificial.     

Tenía solo tres días para resolver el misterio, me aclaraba que me usaban a mí ya que no podían usar a nadie más y no precisamente por la calidad de mis servicios si no porque no se fiaban de las empresas de detectives, ni siquiera de los miembros del partido. Si descubría a los autores de tan tremendo atentado contra las féminas de su partido me darían 10.000 €.

Miré a mi alrededor, sentí la vergüenza que no había sentido en un mes, me puse a limpiar, eso me ayudaría a pensar y a comenzar a moverme, además necesitaba ropa limpia.


Subí el volumen de la tele para poder continuar escuchando el debate mientras limpiaba, me di cuenta de que se habían unido otras dos contertulias, Chayo Mohedano y Belén Esteban, lo tuve que quitar, su continuo abuso de los cultismos me impedía seguir el debate…

Continuará...      


Bicos otro día más. 

Si estáis por el FIV comprar Michimichiñas y saludarme a Kio . 

domingo, 16 de marzo de 2014

MISTERIO RESUELTO



Lo había conseguido. Reconocía que el plan le había parecido descabellado, una locura, que igual tenía consecuencias, lo había planeado con su hija, en realidad se le había ocurrido a ella. Que bien la había educado. Era una autentica jefa, era la mejor. Al recordar como lo planeó todo, como encontró los medios y como dio con el hombre adecuado, no pudo evitar que una sonrisa de satisfacción apareciese por debajo de sus sempiternas gafas de sol.

Una vez que ella le expuso su plan para conseguir publicidad a nivel mundial de una forma viral y brutal y así relanzar sus respectivas carreras un poco mermadas por culpa de la puta libertad de prensa. ¡Ay! que bien se vivía antes, comprabas a cuatro jueces y ya estaba. Ahora era imposible. No comprar a los Jueces claro, estos estaban más baratos que nunca. Un par de decímitos de esos que tenía y que siempre tocaban y ya estaba la sentencia a favor. Pero la puta prensa, tanto investigar, tanto investigar y para qué. El seguía aquí, tenía abogados y recursos para tres vidas...

Miro a su hija que estaba a su lado, atusando el pelazo de su marido, siempre lo hacía cuando estaba nerviosa. Era para estarlo, al final hubo suerte y todo salió bien.

-¡QUE SE JODAN!

Eso fue lo que le dijo cuando le preguntó si por desgracia había víctimas. Había que reconocer que la chica se repetía un poco. El que se jactaba de duro, era una "madre de la caridad" a su lado.

Bueno, había llegado el momento, acababa de llegar Monseñor Antonio María, su último acto oficial sería ese, bendecir el avión.

Bajaron a la pista, ahí estaba el avión, casi había dado la vuelta al mundo para llegar a su aeropuerto, que ya nunca sería usado para burla y escarnio, a partir de ahora cuando se diera la noticia de que el avión más famoso del mundo había podido recuperarse intacto con todos sus tripulantes y pasajeros sanos y salvos gracias a su aeropuerto (Sí su aeropuerto, gracias al que había ganado tanto y en el que por fin acababa de aterrizar un avión), este cogería una fama tal, que por fin se abriría. Ya se lo imaginaba con un volumen de tráfico como el JFK o el de Heathrow.

Siguió a Monseñor, mientras lanzaba agua bendita con el hisopo, se notaba que estaba mayor el hombre, lo había empapado y sobre el avión no había caído ni una gota.

Comenzaron a salir los pasajeros, casi todos eran chinos. Fueron recibidos por las Juventudes de su partido, que para esto estaban, al son de "Pescador de Hombres". Que hermosa humanidad.

Todo iba sobre ruedas. Los tres cámaras que quedaban con nómina de Canal Nou estaban grabando todo. Esta tarde se haría público, una vez se hubiesen ido los cuatro hombres que habían contratado; los dos pilotos, el operador de radio y el informático que había anulado todos los sistemas del avión. Esperaría a que se fuese todo el mundo para darles su dinero y acompañarlos al pequeño avión en que volarían hacia  un rumbo desconocido. Lo harían de tal forma que pareciera que no se encontraban en el avión, como si hubiesen desaparecido en pleno vuelo para que continuase el misterio y así mantener la publicidad. Lo de Roswell iba a ser un minucia al lado de lo que habían montado.

Giró la cabeza y vio el imponente cartel que rezaba AEROPUERTO DE CASTELLÓN.

Una lágrima se deslizó por detrás de sus negras gafas de sol.



Esto es ficción, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Los personajes del relato son fruto de la imaginación del autor y no están inspirados en ninguna persona real. Lo de Castellón es que que en algún sitio había que ubicar la historia.

Para Ce, que este tema le intriga tanto como a mí.

OJALÁ APAREZCAN TODOS SANOS Y SALVOS PRONTO.

 Inspirado por Ramón. Gracias.

Bicos otro día más.

domingo, 9 de marzo de 2014

LA VICTORIA

Ha pasado mucho tiempo, demasiado quizás, así que no me extraña que no haya nadie al otro lado aunque esta vez no ha sido por pereza, ni por falta de tiempo, ni por liarme con vídeo juegos absurdos, ha sido por timidez y por ver un telediario (ya lo se, no debería), en éste desfilaban diversos líderes políticos entre los que se encontraba nuestro excelso Presidente, y claro, quedé abrumado ante su verbo fluido, su prosopopeya y sobre todo su imaginación a la hora de explicar no se que cosa de unos sobres y de una contabilidad, la verdad es que impresionado por el continente no me quede con nada del contenido...



Fresneda estaba ante el último lanzamiento, por su cabeza pasaban todos los agravios y derrotas sufridas ante él  durante sus vidas, esta vez se había preparado a conciencia, durante casi sesenta años había perdido, siempre perdía cuando el que estaba enfrente era Quintana, por su culpa había pasado de ser  triunfador a ser un segundón, ser un segundón no está mal, siempre y cuando no hayas sido nunca el primero...

Fresneda había sido algo así como un elegido, era como se decía en la época un primor de niño, era el primero de la clase, era el mejor en fútbol, era además un encanto, muy guapo y un gran compañero, era un líder, todos lo querían. Lo que parecía una vida orientada claramente al éxito se truncó en el último curso de primaria cuando llegó su némesis, Quintana.

Al principio se hicieron amigos, pero para Fresneda fue horrible ver como le arrebataban el primer puesto en todo, si antes era el mejor jugando al fútbol o estudiando, de repente conoció lo que era perder, y no solo perder un partido, o no sacar la mejor nota en un examen, si no perder de verdad en la vida. No es que la gente lo dejase de lado, sus amigos seguían siendo sus amigos, pero que preferían estar con Quintana ya que éste siempre conseguía que los que estaban a su lado mejorasen. Ese era su don, hacía que los que estaban en su compañía se sintiesen a gusto y no quisieran estar en ningún otro lugar, tenía autentico carisma y era encantador en todos los sentidos de la palabra. Ésto era válido para todos menos uno. Y así poco a poco Fresneda, se fue apocando y nunca más fue capaz de sacar todo lo que llevaba dentro, convirtiéndose en un ser gris como la mayoría de los pobrecillos que caminamos por este planeta.

La vida los volvió a juntar en muchas ocasiones, ambos prosperaron y se hicieron hombres de provecho. Si bien Quintana como un directivo triunfador mientras Fresneda se convertía en un funcionario que odiaba su trabajo. Quintana se casó con la que había sido el gran amor de Fresneda y éste con la primera que pasó a su lado y quiso quedarse, en este aspecto no se podía quejar, su mujer fue el gran éxito de su vida, aunque amargado como estaba, muchas veces se le olvidaba todo lo que tenía..., esa fue su gran derrota, ser incapaz de desarrollar todo lo que tenía dentro y de disfrutar de todo lo que tenía fuera; siempre que conseguía algo o cuando todo iba bien era incapaz de disfrutarlo por culpa del regusto amargo que aderezaba su vida y que le hacía creer que todo podía ser mejor aún cuando su vida era maravillosa, sería maravillosa para cualquiera menos para él...

Han pasado muchos años, estamos en un parque, ahora Quintana y Fresneda son dos ancianos que dirimen sus diferencias en un campeonato de petanca, el campeonato provincial, y por fin Fresneda puede ganar, tiene el último tiro, es un tiro difícil, pero sabe que puede lograrlo, se concentra, nota que le tiembla levemente el pulso, se para, respira hondo, mira a su alrededor ve a sus compañeros, al público, se fija en Quintana y ve que está ansioso, casi temblando, ve que necesita ganar, que necesita que falle y entonces lo comprende, la vida de Quintana ha sido mucho peor que la suya, el pobre necesita ganar siempre. Le mira a los ojos, le sonríe.

Vaya par de imbéciles piensa.

Quizás aún no sea tarde, recoge sus cosas y se va, ignora a todos los que le hablan y a algún compañero que le grita. Ha ganado, por fin  ha ganado, después de tantos años, ahora por fin sabe lo que es ganar.

Bicos, otro día más...




viernes, 28 de febrero de 2014

DICKENS

Me acerqué al teclado con miedo, hacia mucho que no lo tocaba, estaba completamente cubierto de polvo y una enorme telaraña unía a éste con la pantalla del ordenador. Tenía un gran problema, mi fobia a las arañas, cogí la escoba y con el palo la arranqué, de repente la araña salió de su escondite, solté la escoba y me aparté, era una araña enorme, peluda y repugnante, me miró, juro que me miró y me dejo petrificado. No volví a acercarme al ordenador hasta hoy. Hoy fui acompañado de Dickens, la tela era aún más grande, repetí la operación entre temblores, cuando había soltado toda la tela, la maldita araña volvió a salir y a mirarme como si fuese a devorarme, avanzó hacia mí, yo ya me veía desmayado y con el arácnido recorriendo todo mi cuerpo mordiéndolo a su gusto, cuando en un instante Dickens, con gran elegancia saltó sobre la silla y de ésta a la mesa y sin darse ninguna importancia, como hace todas las cosas maravillosas que hace, se la comió.

Nunca le estaré lo bastante agradecido a mi amigo, a mi compañero. Solo lleva dos meses en casa y parece que lleva toda la vida.

Dickens nunca va a leer ésto, ni lo va a entender aunque se lo explique, pero lo tengo que poner. Gracias por venir y por quedarte. (Dickens es ese ser precioso y noble que está en la foto).

Bien, ahora que puedo volver a escribir espero estar a la altura de tan maravillosa audiencia y no dejarme llevar por lo políticamente correcto y todas estas tontunas que inundan nuestras vidas.

Un día de estos, pronto, habrá algo aquí.

Bicos, espero que os guste.