martes, 20 de junio de 2017

TOYOTA iQ


Hace poco oí que los hombres acomplejados por el tamaño de sus genitales suelen comprarse los coches muy grandes con el fin de suplir con una máquina enorme lo que creen que les falta en otro sitio, ese debe ser el motivo por el que me compré el maldito Toyota iQ. No puede haber otra razón, su maletero parece una guantera grande y no demasiado, no corre mucho y tampoco es útil, lo único bueno es que se encuentra sitio para aparcar con facilidad, pero teniendo en cuenta que vivo en un pueblo y que cuando bajo a la ciudad lo meto en un parking, pues no tiene mucho sentido.

Además desde que me quitaron el coche de empresa, voy cargado hasta los topes con el material, antes llevaba una furgonetilla (una Citroen C-15), que todo sea dicho no era ni cómoda ni bonita, pero muy práctica y disimulada. Mi Toyota iQ es amarillo, la discreción no es su mejor baza.

Ahora mismo estoy apoyado sobre el capó fumando un cigarrillo, embobado mirando como asciende el humo, antes mis sueños también se elevaban, antes de descubrir que en caso de vivir un sueño  sería una pesadilla. Sigo mirando el humo y me dejo llevar a un mundo donde soy una especie de dios, un gurú, una máquina en todo lo que hago y no la piltrafilla que soy.

Estoy muy cansado de la vida que llevo y que no me lleva a ninguna parte, llevo meses diciéndome que tengo que cambiar, pero no soy capaz, parece que estoy a gusto al no tener que pelear demasiado, en realidad voy en modo automático todo el día como un autómata al que solo le han dejado las funciones esenciales. Tengo ganas de dar un golpe y mandar todo a la mierda pero cuando llega el momento de la verdad no me atrevo y sigo igual un día tras otro, no viajo, no salgo, no juego, voy de casa al trabajo y del trabajo a casa, aún sigo siendo un tonto amable aunque no me queda nada más desde que ella se fue, en aquel momento apenas lo sentí y ahora cuando lo pienso tengo que dejar de pensar en ella o rompo a llorar, sobre todo cuando se que con un poco que hubiese hecho la habría recuperado, que quizás podríamos haber vuelto a tenerlo todo, pero tenía que moverme y no puedo salirme de mis raíles ni siquiera para ser un poco feliz.

Llego a casa, enciendo el televisor y me quedo absorto, me falta abrir un poco la boca y babear para dar una imagen perfecta del telespectador medio, tengo muchos libros, antes leía, antes hacía el amor, antes hacía deporte, antes tenía algo por lo que vivir, pero un día me sentí apagado y poco a poco me apagué un poco más cada día, ahora no leo, ahora no hago el amor, ahora no hago deporte, ahora solo respiro, apenas río, apenas estoy.

Lo peor es que cuando se fue se llevó al perro, estaba claro que la prefería a ella, todo el mundo la prefería a ella y lo comprendo, poco a poco me volví tan pequeño, tan insignificante a sus ojos y a los míos. No se cuanto me queda, se que no voy a terminar de forma abrupta con mi vida, ese no soy yo, tengo miedo hasta para dejar esta molicie y sin embargo todavía hay una cosa que me mantiene vivo y que hace arder el poco  fuego que queda en mis tripas, el día 17 de julio empieza la séptima temporada de Juego de Tronos, ¿os parece normal?, tenernos así un año entero, eso no se hace hombre. Que “Sin Dios” es este. Casi un mes todavía.

Y así estamos todos, el lerdo este de arriba y los demás. Hay que joderse que intríngulis, que nervios. JA JA JA ( Risa de loco)

Para mi Olgui que se que está sufriendo…
 Toy
¡Ay Khaleesi de mi Khalasar!

 Bicos, otro día más. EEG

Por si acaso esto es un Toyota iQ  https://youtu.be/1knIJOdo_hM