domingo, 21 de junio de 2015

UN NUEVO AMANECER

Supongo que la vida hará que nos encontremos alguna vez, a fin de cuentas, aunque menos que antes, aún nos quedan muchos lugares comunes.

Corría  como nunca antes lo había hecho, corría por su vida, sentía su respiración acelerada y su corazón a punto de reventar, le ardían los pulmones y las piernas apenas le respondían, pero seguía corriendo, el miedo es el mejor de los combustibles. Tropezó y cayó al suelo, no podía levantarse, nunca había corrido tanto, su agitada respiración le parecía ruidosa como una tormenta de verano, pero no podía detenerla, de repente empezó a oír gritos, risas y más gritos de miedo, dolor.

Reconoció las voces que gritaban , eran las de sus amigos, los habían cogido. Pensó en ir hacía donde sonaban las voces, pero el instinto de conservación fue más fuerte que el honor y por supuesto que el valor. Se quedó tirado, sin moverse, ni siquiera podía llorar, solo rezar para que no lo cogiesen...

Dejó de escuchar los gritos, dejó de oír las risas, dejó de ver luz, se había desmayado. ¿Cuanto tiempo había pasado? Sentía frío, hambre, sed y vergüenza. Siguió escuchando durante unos minutos, y cuando no pudo más se levantó, en cuclillas volvió hacía donde estaban, la noche era muy oscura, apenas veía un par de metros por delante, de repente la luna asomó entre las nubes y lo primero que vio fue la silueta de tres cuerpos colgados, se quedó absorto mirando, sus amigos estaban allí, mutilados y llenos de moratones en sus cuerpos desnudos. Hacía solo unas horas bromeaban con él y ahora solo eran peleles balanceándose al ritmo de la brisa, cayó de rodillas y empezó a llorar, avergonzado al principio, luego rabioso, odiándose a si mismo, a los asesinos y al imbécil de Luis que les propuso viajar a ese rincón del mundo y que ahora solo viajaría al suelo cuando lo descolgase. Se quedó mirando unos minutos más, aunque la imagen lo repelía, asustaba y sobre todo le dolía, eran sus amigos no podía apartar la vista de esos cuerpos...

Se levantó y se acercó a la cabaña en la que habían pasado su última noche juntos, muy despacio, empezaba a amanecer y no sabía si los asesinos seguían rondando o estaban dentro. Vio un coche aparcado, se asomó despacio, nadie, tenían que estar dentro. Estaba asustado, su vida de alguna forma también había terminado y en cierto modo envidiaba a sus amigos ahora que para ellos todo había terminado, el que se queda, se queda con todo el miedo y todo el dolor.

Se asomó a una de las ventanas de la cabaña, y allí vio a uno de ellos, con su ridículo bigotillo, estaba acostado desnudo con una de las chicas con las que habían estado en el pueblo, maldijo por lo bajo decidió hacer algo, se moría de sed, no tenía donde ir y mejor morir matando que dejarse matar o morir de hambre. No era fuerte y estaba muy cansado, miró atrás y vio a sus amigos que eran más fuertes que él y no se habían podido defender, aunque antes eran más y ahora solo eran dos y estaban dormidos.

Comenzó a moverse, no podía dejar a sus amigos así por más tiempo, se acercó al coche y busco algo que le pudiese servir como arma. encontró una llave inglesa bastante grande y un destornillador. Con su escaso armamento se acercó a la cabaña, había decidido atacar primero al hombre, no es que menospreciase a la mujer, sabía que no podía subestimar a nadie, y si bien los dos eran pequeños y delgados, el hombre parecía mucho más fuerte. Entro muy despacio en la cabaña, Se quedó mirándolos un instante descargó toda su rabia y le clavó el destornillador en el vientre al hombre, este abrió los ojos y dio un grito que se apagó cuando le golpeó la cabeza con la llave, la mujer había comenzado a moverse instintivamente hacía él, levantando los brazos, por lo que el primer golpe contra ella falló, pero tuvo tiempo a darle otro, no le importó escuchar el crujido de su pómulo...

Los ató desnudos como estaban, espalda contra espalda y los amordazó. Bebió agua, demasiada, casi le hizo vomitar, luego le sacó el destornillador y le taponó la herida, los quería vivos, ella despertó primero y lo miró con cara de pánico . La ignoró, tenía que moverse deprisa no creía que nadie más fuese a volver, pero no lo sabía, recogió su mochila,  vio la ropa de sus amigos en el suelo y maldijo, le pegó una patada al hombre, luego llenó su mochila con sus cosas, comida, agua, un arma de fuego que estaba en el suelo y todo el dinero que encontró. Dejó la mochila en el coche y comenzó el trabajo más duro de su vida, descolgó a sus amigos, volvió a llorar cuando los trasladó a la cabaña, los dejo al lado de sus asaltantes que trataban de soltarse, volvió a golpearlos mientras les gritaba y les decía que miraran su obra, no podía parar de pegarles, hasta que algo lo detuvo, no quería matarlos, todavía no.

Buscó algo inflamable dentro de la cabaña, encontró una botella de alcohol y otra de queroseno, roció los cuerpos de sus amigos que antes había cubierto con unas sábanas, con mucho cuidado para no mojar ni al hombre ni a la mujer, que fuesen los últimos en arder. Amontonó todo lo que podía servir de combustible, libros, ropa, grasa. Cuando tuvo la pira hecha, salió fuera, encendió su Zippo y lo arrojó dentro, empezó a arder todo de golpe, aún pudo ver los ojos de terror del hombre y la mujer. Se quedó a ver como ardía la cabaña hasta que se derrumbó, luego bebió otro trago de agua, se seco las lágrimas, montó en el coche y se fue.

Bicos, otro día más.

domingo, 15 de marzo de 2015

La Muerte de Constatino Dvorak



Constantino Dvorak no contaba con morir ese día. En realidad, excepto algún enfermo terminal, nadie cuenta con morir el día en que deja este mundo.

Su sentencia de muerte empezó a escribirse dos años atrás, cuando Consuelo su mujer, animada por sus compañeras de trabajo se leyó el libro de moda, una novela que mezclaba al Marqués de Sade en modo ligth con Corín Tellado, todo ello aderezado con un baño de pulcritud y dinero.

Su mujer se ventiló el libro en un par de días, después,  ella que creía que "enter" era un fluido cósmico, comenzó a usar el ordenador como una loca, primero para comentar el libro hasta con gente de Nueva Zelanda y más tarde para enterarse de todas las novedades referentes a las dos continuaciones que tuvo éste. Una vez leídos y releídos los tres se enteró de que iban a hacer la película y empezó a fantasear con el protagonista de la adaptación cinematográfica y a polemizar en cualquier foro que encontraba sobre el tema. Cuando anunciaron el nombre del protagonista se llevó un pequeño disgusto pero al final lo aceptó como hombre de sus sueños.

Durante este tiempo la vida sexual de la pareja se había vuelto mucho más activa, ésto normalmente está bien, pero nuestro amigo Constantino era un hombre de costumbres tranquilas, aficionado a la filatelia y a la lectura de clásicos latinos, con una vida que podíamos calificar, siendo generosos, de monótona, por lo que el hecho de que ahora  con 50 años se reactivase la líbido de su mujer lo había pillado con el pie cambiado, así que estaba más desconcertado que animado, pero como era un hombre que se dejaba llevar, en este tema también se dejó llevar. Hasta había empezado a leer el primero de los libros no siendo capaz de terminarlo, no pudiendo evitar dar su opinión al respecto cada vez que salía el tema, calificándolo de basura y mencionando de paso que la celulosa empleada para la impresión, habría sido mejor destinada para la fabricación de compresas. Ésto claro, no lo decía cuando estaba presente su mujer.

Llego el estreno de la película, Consuelo fue con dos amigas y cuando volvió tras cenar fuera, lo despertó con urgencias amatorias y ciertas brusquedades a las que nuestro Sr. Dvorak no era aficionado, por lo que esa noche no fue una noche de triunfo. Su mujer, pensando acertadamente que así no iban a ninguna parte, se lo llevó al día siguiente a ver la película.

Al llegar a casa ella le dijo, con encantadora timidez y algo de rubor, que le gustaría hacer alguna de las escenas de la película con él. Nuestro ya querido Constantino, abrumado por la situación, le pidió un par de días para poder hacerlo como en la película, ya que si bien en ésta se intuían actos, que por cierto le parecían sumamente desagradables (aunque bien se guardó de comentar a su querida Consuelo lo que le parecían), no se apreciaba bien ni la forma ni la intensidad de como había que hacerlo y teniendo en cuenta que hasta para usar un exprimidor eléctrico tenía que leer el manual, necesitaba recabar toda la información posible sobre el tema. A pesar de todo esa noche jugaron a llamarse por los nombres de los protagonistas, y encendidos por alguna de las escenas subidas de tono de la película se amaron como nunca se habían amado en 27 años de matrimonio.

Animado por la gratificante experiencia se puso a ver vídeos de sexo extremo, lo que vio le asqueó, pero había que reconocer que también le excitó. Era brutal, sucio, violento, pero a la vez, muy, muy morboso.

Tras varias horas viendo sexo plagado de mordazas, látigos, fustas, golpes y humillaciones, se decidió, aprendió como hacer nudos para las ataduras y la forma de golpear sin dejar marcas, y por fin llegó el gran día.

Como dos colegiales que se besan por primera vez, empezaron muy cortados y algo torpes, pero poco a poco, comenzaron a animarse, amordazó a Consuelo y la abofeteó despacio, la quería demasiado para hacerle daño, pero ella pedía más, así que le vendó los ojos y luego la ató de pies y manos a la cama, la miró, le pareció un aspa de carne inflamable que hacía renacer toda la pasión perdida en algún lugar de su juventud, estaba excitado como nunca antes en su vida, la insultó, ella se cimbreó lo poco que podía ofreciéndole su sexo, el comenzó a apretarle un pecho, elevando la presión poco a poco hasta hacerle daño de verdad y entonces lo noto, se le iba la vida, pensó con rapidez y su último acto fue un acto de amor, en un esfuerzo sobrehumano, con su aliento final soltó una mano de su mujer y cayó fulminado en el suelo con un grito.

Consuelo se soltó lo más rápido que pudo y saltó de la cama abrazando a su marido, sumida en un llanto desesperado, golpeada por la culpa y el dolor.

A Constantino se le hizo una autopsia, descubriéndose que padecía una enfermedad cardíaca congénita y que podía haber muerto en cualquier momento. Ésto, a pesar de que sabía que en cierto modo había adelantado la muerte de su marido, a  Consuelo le sirvió de consuelo (valga la redundancia), lo que alivió bastante su pena ya que por lo menos le había dado algo de aderezo a la vida de su marido en sus últimos días, permitiéndole seguir adelante con una vida que fue calificada de "ligera" por las cotillas de su pueblo,..

Ya sabéis, disfrutar de todo pero con sentidiño.

Para mi querida Belén a la que echo de menos.

Bicos otro día más.




lunes, 9 de febrero de 2015

LA RECTORÍA NO HA PERDIDO NADA DE SU ENCANTO NI EL JARDÍN DE SU ESPLENDOR


OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. Mierda! se me rompió la O

Que difícil se está volviendo esto, ya no hay corrupción, todo va hacia arriba, nadie hace el ridículo en televisión, a mi pueblo ya no va nadie con escolta. En vez de ir a la cárcel Paquirrín (que es quien de verdad lo merece), va su madre. Mientras él por solidaridad y 50000 euros a la semana también se encierra en otro sitio aún peor. Pero lo peor de este drama familiar es lo olvidada que está la pobre Chabelita en la que nadie piensa, seguramente solo pueda encontrar consuelo en su trabajo, realizando nuevas aportaciones para su programa, que generosa es compartiendo sus secretos de belleza con el resto de las mujeres y transexuales, en lugar de continuar manteniendo su estatus de única diosa del país.

La Duquesa de Alba ya no está entre nosotros. En realidad, ya casi nunca estaba.

En política, no hay nada que decir, excepto que nuestro excelso Presidente es un continuo no parar, siempre con el verbo ajustado, con las palabras de esperanza que necesitamos oír siempre a punto y dichas en el momento justo, creando leyes precisas y necesarias en todo momento, y si no tiene a Montoro, que alegría de hombre, cada vez que habla repuntamos, o a Dª Mª Dolores, ella tan moderna con su mantilla y su tele autonómica. Por lo menos hay novedades, el PSOE ha cambiado a un feo por un guapo, lo que no acaban de cambiar es el rumbo errático que llevan.

Pero hay novedades,  ha irrumpido con fuerza un partido nuevo que insulta a todos los demás,  mientras se fagocitan a IU y a parte del PSOE a base de promesas maravillosas y arrogándose mayorías que aún no tienen.

En fin, las urnas hablarán. Y luego el parlamento, y luego nos dará igual, porque queridos míos, si follamos con quien queremos y cuando queremos somos felices, si los nuestros están bien somos felices, si tenemos salud somos felices, y si no, no lo somos. Lo otro, las grandes decisiones del mundo, también nos afectan, pero menos.

Será que  soy un animal político que ha sido traicionado muchas veces, por unos y por otros, pero hasta ahora lo que han demostrado todos es que son unos miserables, capaces de vender a su madre por un escaño, aunque supongo que en todos lados habrá gente buena y capaz en el mismo porcentaje que en el resto de la sociedad. Esperemos que alguna vez suban los mejores y no los trepas. Algún día será.

Voy a parar a ver el Facebook que me estoy rayando.

La verdad es que está un poco soso, de unos días a esta parte el FC está como aburrido, faltan publicaciones con frases sacadas de canciones de Sabina, críticas a Ancelotti, videos de G. Medeiros, apoyo a Podemos, cursiladas típicas de chicas de 1º de BUP,  no se, noto que nos falta algo. ¡Hostia el Guti! ¿Le habrá pasado algo? ¿Podremos vivir sin él?...

Al darme cuenta de esta gran pérdida, y sin comprender como nadie se había dado cuenta ni alarmado, decidí ponerme en marcha y encontrarlo a pesar de mi fobia al aire libre y al miedo a cambiar algo en mi monótona y tranquila vida. ¿Pero cómo? ¿Por donde empezar?

Lo primero que hice fue llamar a todos sus teléfonos, nada, luego traté de localizar a su hermano, imposible encontrarlo, estaba haciendo una de sus excursiones en bici en algún lugar entre  los Picos de Europa y los Alpes. Unas tres semanas calculé que podría tardar en hablar con él.

Seguí buscando y tras llamar a varios amigos comunes llegué a una conclusión, mi popularidad había descendido a niveles más bajos que la calidad de la serie de televisión "Alatriste", nadie me cogió el teléfono, así que decidí esperar despierto hasta las 5 de la mañana y llamar a David, conseguí hablar con  él aunque no no me pudo ayudar, ya que según dijo estaba muy ocupado, no lo entendí bien, creo que dijo algo de un libro de Jim Morrison que tenía Sandro Rey, o de fundar una asociación con un tal Pedro Pablo, no se la verdad, a veces habla tan rápido que no me entero.

En resumen que no sabía ni por donde empezar, además para que quería encontrarlo. Me detuve a meditar, y sí, tras pensar un rato haciendo trabajar a mis maltrechas neuronas, descubrí el por que. No era por él, era por mi, para salir de esta cárcel de rutinas en que había convertido mi vida. Eso y que en el fondo lo aprecio.

Me puse un JB con Coca Cola, y comencé a investigar en serio, lo primero que hice fue sentarme en el ordenador y buscar en su página de Facebook alguna pista. Y entonces me di cuenta de lo berzas que puedo llegar a ser, mi preocupación había sido una exageración de una mente enferma. Guti había vuelto a publicar, al leer la frase de Paulo Coelho conseguí romper un récord de 10 años sin vomitar una copa.

Mi misión había terminado antes de empezar, pero no hay mal que por bien no venga, he decido salir y empezar una vida algo más movida, limpiar el óxido y quizás respirar aires nuevos que me devuelvan algo de la locura perdida. Para empezar mañana me voy a ver a Simple Minds con mi Álvaro.

Después ya veremos, igual me acerco a ver el estreno de 50 Sombras, solo para ver las reacciones del público femenino ante tamaño evento, y por si acaso alguna reacciona al ver al tamaño elemento que soy. Estoy seguro que algo saldrá y si no siempre me quedará leer las publicaciones de Javi en el FC.


Bicos mañana más.