MILAGROS

Todos de vez en cuando esperamos que suceda un milagro, alguna vez en nuestras vidas, esperamos algo que de repente lo arregle todo, salimos a la calle esperando una luz mágica que certifique la presencia de un Dios amigo que nos solucione todo, esperamos que nos toque la lotería de la vida, la otra también. Siempre, aunque a nuestra manera, cuando los problemas nos acucian, rezamos, a lo que sea, a quien sea, pidiendo soluciones, que por desgracia casi nunca llegan, a veces es imposible salir de los atolladeros en los que nos metemos poco a poco, o en los que nos meten los demás, y entonces, nuestro sentido común se atrofia y la única salida que vemos para escapar de ese pozo en el que estamos sumergidos es un milagro, que suceda algo fantástico, algo maravilloso, algo inmediato, que de un plumazo, solucione nuestras penas, enfermedades y ruinas.

Pues bien, yo creo que los milagros existen, no de forma inmediata, no a lo bruto, no de repente, si no de una forma sutil, de forma fluida, todos formamos parte de una cadena, de una sociedad, de un mundo en el que pasan cosas buenas y malas de forma continua y en cierto modo el hecho de estar vivos, de ver amanecer cada día es un pequeño milagro.

Vamos a hacer una pequeña, cuenta, si estas leyendo esto, supongo que estás vivo, si estas vivo es porque tus padres te trajeron al mundo, porque tus abuelos los trajeron al mundo a ellos, porque tus bisabuelos los trajeron a ellos y así hasta el primer ser unicelular que se reprodujo en este planeta, miles de millones de encuentros que si hubiesen acabado de otra forma o hubiesen ocurrido aunque solo fuese un segundo más tarde en cualquiera de las ocasiones en que tuvieron lugar, tu no estarías aquí, ni tú, ni yo, ni nadie que conocemos. Estarían otros, esto en cierto modo es un milagro. A partir de ahí, todo es un regalo, cada segundo, cada momento que compartimos, con los seres queridos, aún en los momentos malos es un presente que hay que aprovechar.

Después están los pequeños milagros de la vida, como llegar sin números rojos a fin de mes con la mierda que nos pagan y lo mucho que nos cobran, que algunas personas estén tan equivocadas como para quererme con lo rarito que soy, que la frutera de mi pueblo ganase más de 1200 millones en la primitiva en el año 1990, que haya gente a la que Belén Esteban le parezca guapa, que Jesulín grabase un disco, yo que se, y así miles y miles de milagros que pasan a diario.

Así que igual nos toca alguno mañana y aunque no nos arregle la vida, igual nos la alegra, quien sabe, mañana saldré a la calle para buscar mi pequeño milagro del día, seguro que está ahí, solo tenemos que encontrarnos.

Besos, mañana u otro día de estos, más.