lunes, 15 de febrero de 2010

Salvación

Estamos todos condenados, es imposible saber cual es la religión auténtica, que va a ser de nosotros, si naces en china crees en dragones, si naces en Afganistan crees que las mujeres no pueden enseñar el pelo, si eres judío crees que no puedes tener pellejo en la punta de la p..., si eres cristiano, en sus muchas vertientes, no puedes follar sin que te de permiso un sacerdote, si eres budista tienes que evitar la búsqueda del placer para encontrar el placer absoluto, si eres de una tribu polinesia el primer polvo lo tienes que echar con tu progenitor, si eres de otra tribu los espíritus recomiendan que te comas a tus enemigos.
Bien fuera bromas, ahora hablemos en serio, imagina que te inundas de fe por una de las múltiples religiones que hay, escoges una y solo una, sigues todos sus preceptos y eres un fiel creyente, el mejor seguidor de tu Dios o tus Dioses, lo haces todo perfecto guiado por tu inquebrantable fe, sacrificando toda tu vida, o no, según se mire, evitando tentaciones, y siguiendo los designios de la palabra divina que ha anidado en tu interior, hasta tu muerte, y entonces si no has acertado con la religión verdadera iras de cabeza al infierno, y encima irás al infierno de otra religión de la que no tienes ni idea, en un infierno en el que igual te tiras toda la eternidad aguantando a ese tío tan plomo que no soportas, o viendo como el barça gana una copa tras otra, o igual ardes en el infierno acompañado por políticos y abogados, o apareces convertido en sapo, quien sabe, o igual, esto es terrible, no hay nada, nada de nada.
En fin, como acertar. Según la ecuación de Pascal es mejor creer ya que si crees no pierdes nada y puedes ganar un premio eterno, mientras que si no crees siempre acabarás condenado. Y está muy bien pensado, pero en que Dios creer, hoy en día la ecuación no resulta tan fácil.
La duda me tiene aturdido, en fin, voy a rezar un poco, igual no sirve para salvarme de cara a la eternidad, pero en esta vida por lo menos me da algo de esperanza y un sitio en el que refugiarme cuando no me queda otro refugio.
Yo como dijo no se quien y no se cuando, me conformo con que Dios crea un poquito en mi.
En fin besos, nos vemos en una iglesia, o en una sinagoga, o en una mezquita o en...

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