sábado, 16 de julio de 2011

OJALA GANE EL ATHLETIC

Ante nosotros se encuentra el escenario de un viejo teatro en un pueblo junto al mar, está decorado con austeridad, a nuestra izquierda una pantalla sobre la que está expuesta una diapositiva que muestra a una mujer joven y guapa que se tapa el rostro, un poco detrás, en el centro, una mesa y una silla, sobre la mesa un jarrón en el que destaca una hermosa flor blanca sobre un fondo negro, un poco más atrás, en un segundo plano una mujer vestida de negro sentada al piano, y en primer plano un atril, y sobre este lo más importante, palabras escritas, palabras salidas de un corazón, quizás arrancadas de un alma. Aparece una mujer, la dueña de las palabras, del corazón y del alma,  se coloca ante el atril, y comienza a leer las palabras hasta ahora escondidas en este, al principio un poco atropelladamente, como si quisiese llegarnos a todos de golpe, luego con una cadencia perfecta que hace que su mensaje nos llegue hasta las tripas, poco a poco hace que su alma se nos meta dentro de la nuestra, que comprendamos todo lo que quiere decir hasta emocionarnos. Las fotos cambian, la melodía del piano deja de acompañar a ratos, su voz nos acompaña durante un tiempo que se vuelve precioso...
Todo se vuelve mágico cuando él la mira, cuando él la mira, en el brillo que sale de sus ojos está todo lo bueno que un hombre puede sentir por una mujer, el amor, el orgullo, el saber que ella es la gran obra de su vida y que él es la gran obra de la de ella, la felicidad alcanzada en común que está en cada mirada que él le dedica.

Así que, ojala el Athlétic gane (una Europa League o algo así, tampoco hay que excederse), y que cuando Llorente marque el gol que les de el triunfo estén juntos, y lo celebren con un beso. Así el hombre más bruto y con el corazón más grande que conozco será absolutamente feliz.

Hay días así, será la poesía que me puede. Bicos otro día más.   

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