viernes, 8 de julio de 2011

ECOGRAFÍA ABDOMINAL

Anteayer tuve que hacerme un ecografía abdominal, y, cuando el tecnologo comenzó a untarme la tripa con lubricante (supongo que con el fin de que entre mis bien formadas tabletas pudiese desplazarse el transductor sin atascarse), sin venir a cuento recordé la historia de Onán.

Onán era el segundo hijo de Juda, su hermano Er se había casado con Tamar, y como a Dios le pareció malo Er, pues , se lo cargó ( la Biblía no dice como), así que para que Tamar no quedase arruinada (las viudas no podían tener posesiones propias), Juda hizo que su hijo Onán se desposase con esta, Onán buen hijo como era se caso con Tamar, pero cuando copulaban, al concluir el acto, eyaculaba fuera, ya que si Tamar se quedaba embarazada según las leyes Judías el hijo no sería suyo, sería de su hermano ya fallecido, parece que a Dios lo del Coitus interruptus no le hizo demasiada gracia, y Onán siguió los pasos de su hermano, fue eliminado también, ya que a Dios le pareció malo lo que hacía Onán (que majo y comprensivo es Dios).

Pero lo bueno viene ahora, Juda para arreglar todo, le promete a Tamar que también casará a su hijo más pequeño con ella, pero hay que esperar ya que este es joven aún. Pasa el tiempo y Tamar al ver que su suegro no cumple su promesa, una tarde, se quita las ropas de luto, y se va en medio de un camino, se hace pasar por prostituta, y, (oh esto le parece bien a Dios) se tira a su suegro sin que este sepa quien es a cambio de un cabrito, que como no lleva encima, le deja como prenda unos efectos personales. Pasa el tiempo y Juda no puede recuperar sus cosas, ya que la prostituta no aparece, y un día llegan unos vecinos y le dicen que Tamar está encinta, y Juda buena gente como todos los patriarcas del Génesis, dice "Sacarla y quemarla", entonces Tamar, le muestra las prendas que tenía de su suegro y este se da cuenta que había obrado mal y le perdona ya que no había cumplido la promesa de casarla con su hijo pequeño...

En resumen, si te quedas viuda y mediante engaño te tiras a tu suegro, haces bien, si te acuestas con tu cuñada una vez que enviude, haces bien, pero si una sola gota de esperma se desperdicia, ¡AH PECADOR! Morirás. (http://youtu.be/Eme0ZrSO3qQ) En este enlace se ve perfectamente lo que la Iglesia Católica ve correcto.

Alberto de Mónaco es un claro ejemplo de buen cristiano, nunca desperdicia ni una gota.

Bicos, otro día más

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