sábado, 13 de noviembre de 2010

IMPUNIDAD

Impunidad es dejar sin castigo a alguien que lo merece. El problema cuando un crimen queda impune es que normalmente él o los que lo han cometido se crecen y normalmente van a más, o escriben memorias justificandose. Si un ladrón roba, y no lo cogen, o lo cogen y no lo condenan seguirá robando, si un político es corrupto, miente y lo eligen, seguirá mintiendo y continuará con sus corruptelas. Si encima la impunidad es pública y notoria hará que el delincuente se crezca y hasta alardee de sus repugnantes actos, haciendo además que el sistema se resquebraje un poco más, haciendo dudar de este y resucitando monstruos de otros tiempos.
Si los encargados de velar por el buen funcionamiento del estado y de las instituciones se saltan a la torera las normas, que impide moralmente a los demás saltárselas. Si un país se monta una guerra en base a un atentado, enorme eso sí, y encima le aplauden el resto de países, que le cuesta ir un poco más allá y montar otra guerra en otro país, sin atentado, sin armas de destrucción masiva, pero casualmente con mucho petróleo. Si cientos de miles han muerto o han quedado destrozados en ambas guerras y los que las han provocado o creado de forma artificial no son condenados, quien va a impedir que haya otra guerra mañana. Si la policía marroquí mata a un chico injustificadamente hace cuatro días y no pasa nada, como no van a arrasar con un campamento de 20000 personas, si saben que no les va a pasar nada. Si los bancos juegan con nuestro dinero y lo pierden por la avaricia de ganar más y más, y los gobiernos en vez de castigarlos los untan con miles de millones, como no van a seguir jugando si siempre ganan y perdemos los demás.
Estos son solo unos pocos ejemplos pero esto pasa todos los días con los poderosos, nunca tienen castigo y cuando lo tienen llega tarde y mal. Si cometen crímenes, engañan o hacen daño y no son castigados, que les impide continuar así, nada, para nuestra desgracia, nada. Habría que cambiar el sistema, dar independencia verdadera a los órganos judiciales, evitar que los políticos participasen en la elección de estos, cambiar alguna ley para impedir que fuesen aforados, ya que si la justicia va a ritmo de tortuga para los pobres mortales, para sus señorías va a ritmo de caracol.

Besos, otro día más

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