martes, 6 de febrero de 2024

NONAMED

 

Hoy me he levantado dando un salto mortal, dando volteretas he llegado al baño…

Esto me suena, igual estoy plagiando sin darme cuenta, voy a cambiarlo, vamos a empezar.

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, (ahora sí, esto es original y chulo, parezco Dickens) para nosotros era un tiempo normalito, de ir tirando. Pero lo cierto es que todo estaba cambiando a una velocidad nunca vista y los cambios que antes duraban siglos, ahora provocaban transformaciones en el plazo de unos meses, e incluso en semanas.

Así no hay quien viva, pensad en la música que se hace ahora, nunca hubo tanta variedad en las listas de éxitos, ni letras tan profundas, ni tanto número de producciones nuevas. Ya no se hacen canciones como “NO CAMBIÉ”, ni como “EL TRACTOR AMARILLO”, o las maravillas con las que nos bendecía cada verano un genio de más allá de los Pirineos. Estas canciones aparecían  y se quedaban acompañándonos durante años o meses, esto no pasa hoy en día, la misma Shakira ha sacado cuatro temas en menos tiempo del que tarda en salir un Iphone nuevo, y cuando aún no nos habíamos acostumbrado al primero, ya íbamos por el cuarto, a pesar de que clara mente la temática era similar.

 Hablando de Shakira. ¿Sabéis que tiene un cociente intelectual de 140? ¿Qué puede insultar a Piqué de forma fluida en cinco idiomas?

Hay gente que lo tiene todo y si además tiene una capacidad de trabajo casi infinita, eso se refleja en un carrera llena de éxito y perdurable. Y a pesar de todas sus capacidades no puede vocalizar cuando canta, nadie es perfecto.

Es solo un ejemplo de que nada ni nadie os puede elevar o rebajar más de lo que os rebajáis o eleváis vosotros mismos. Puesto a filosofar de forma barata (para la filosofía cara aquí no hay nivel), la verdad es que en gran parte de lo que pensamos de nosotros mismos se refleja en lo que ven los demás en nosotros. Está claro que no es lo mismo tener el físico de Brad Pitt que el de Danny de Vito, pero es casi seguro que es mejor ser un Danny de Vito seguro de sí mismo que un Brad Pitt tímido y apocado. Ya si eres un Brad Pitt seguro de ti mismo debe ser la hostia. 

Hoy es 2 de febrero de 2024, el tiempo vuela, últimamente parece que, en picado, cada vez más deprisa, hacía un abismo final en el que todo acabará más pronto que tarde. Lo único bueno de todo esto, es que es precioso envejecer. No pensé que sería tan bonito, arrugas por doquier, dolores que nacen de la nada y tardan en desaparecer, si desaparecen; ya no te preocupas por el sexo, total para quedar mal; pelos, pelos y más pelos; incapacidad para recordar cosas que antes siempre estaban presentes.

No le veo la gracia, parece todo una broma, es que por otro lado tampoco te quieres morir, aunque te preguntes ¿Qué coño he hecho con mi vida? ¿Por qué no hice más cosas cuando podía? Pues no las hiciste porque no podías, o no querías, ya está, dentro de 10 años, estaremos igual, lamentando no haber hecho cosas que ahora podemos hacer.

Así que aprovechemos el momento, ajustémonos el sonotone, miremos al frente con las gafas puestas y comencemos a caminar, apoyando fuerte el andador y haciendo frente a cualquier cosa con la que el futuro nos quiera sorprender.

Os dejo, me voy a enchufar el oxígeno, ponerme la sexta vacuna y a seguir arrastrando lo que queda de mi cuerpo hasta la cama.

EEG. Bicos, otro días más

 

No hay comentarios: