viernes, 10 de septiembre de 2010

Ecologismo

Hoy me he levantado ecologista, así que me voy a lanzar, a ver si consigo algún apoyo institucional y me subvencionan, que nunca viene mal.

Mi propuesta se hace con el fin de proteger a ese pobre ser desvalido que habita nuestros bosques, al que solo usan como alimento los malvados carnívoros, que de modo salvaje lo acechan y atacan continuamente, ese ser maravilloso y hasta bonito, que no se mete con nadie, pero que no puede salir de su madriguera sin usar todo su instinto si quiere volver sano y salvo con cuatro zanahorias con que alimentarse, sí lo habéis adivinado, ese ser excepcional, es el conejo.

Mi plan empezaría de forma muy modesta, a la par que sencilla, lo primero que haríamos sería extinguir al lince ibérico, ya que este malvado animal, que nadie ha visto más que en documentales, se alimenta principalmente de nuestro héroe, (un 80 o 90 por ciento de su dieta consiste en matar violentamente y tragarse a nuestro querido lepórido). Vamos a hacer cuentas, si hay unos 300 linces en la península ibérica y estos los días que comen conejo, necesitan uno enterito para pasar el día, más o menos unos trescientos días comerán conejo, esto hace unos 90.000 conejos al año, que sobrevivirían placidamente, y que tendrían que ocuparse de un enemigo menos. Ya que según todos los excrementos, perdón estamentos oficiales, el lince se mantiene vivo gracias a los cuidados que ahora se le dan y la vigilancia ejercida sobre su hábitat, se puede decir que se mantiene esta especie de forma artificial, ya que casi nos lo cargamos acabemos el trabajo y dejemos que 90000 conejos más cada año, más sus crías que crecerán de forma exponencial, vivan felices con sus pulgas y su mixomatosis. Además si se trata de proteger animales, así se protegen más y sobre la biodiversidad, en fin, una especie más o menos tampoco se iba a notar y el número de conejos que lo agredecerían sería muchísimo mayor que el de linces fallecidos. Que bonito sería, y esto es solo el comienzo, después irían los zorros, más tarde todo tipo de ave rapaz y por último los cazadores, esos seres malvados que también matan animales, e incluso los venden como comida, o incluso se los comen ellos mismos y sus familias.

Hasta ahora no le había visto la gracia a esto del ecologismo, a partir de ahora me dedicaré a esta ocupación con ahínco. Proteger a pobres e indefensos hervíboros de los malvados carnívoros, al fin encontré mi vocación, voy a celebrar mi caída del caballo y haber visto la luz cenandome un buen chuletón.

Lamento decepcionar pero no pienso hacer chistes sobre otro tipo de conejos, esto lo dejo para Arevalo y otros genios del humor.

Besos, mañana más.

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